Existencia y razón.
La posibilidad de la realización del ser es propia de cada persona, pero esta no se logra individualmente, sino cuando la persona asume su condición y su responsabilidad social. Karl Jaspers rechaza la existencia como fatalidad o la vida como un desarrollo mecánico y determinista. La libertad y la responsabilidad moral, la vida, la existencia del hombre en su situación histórica, como ejes de su pensamiento.
Por Francisco Palumbo
Karl Jaspers (1883-1969) Nació en Alemania en la ciudad de Oldemburg. Con una basta formación académica se doctoró en medicina, comenzando su actividad científica en el campo de la psicología y dedicándose luego a los estudios filosóficos. En 1921 inicia su labor docente en la Universidad de Heidelberg, tarea que es interrumpida con la llegada al poder del régimen nacional-socialista. Es forzado a dejar sus cátedras, censurado, prohibido en sus publicaciones y condenado a vivir en un temor constante. Durante este período permanece en Heidelberg casi en el ostracismo. Tiempo que utiliza para profundizar en la reflexión filosófica. Casado con Gertrud Mayer de origen judío, tiene que enfrentar diferentes amenazas frente a las cuales llega a expresar: “el fundamento de nuestra acción debe seguir siendo el hecho de que no nos separemos el uno del otro. Que el mundo, que nos quiere separar mediante la clasificación racial, no penetre en nosotros; que permanezcamos absolutamente solidarios, y no sólo solidarios bajo determinadas condiciones”. “Los poderes que pretenden obligarla a morir también me matan a mí. Esta solidaridad es absoluta”.
Luego de la capitulación llega a convertirse en un referente de la reconstrucción alemana. “Entiendo que dicha reconstrucción sería posible en la medida en que el pueblo alemán asuma su responsabilidad y culpa, condición necesaria para clausurar el pasado”. Somos colectivamente responsables, decía, en el sentido político de la corresponsabilidad de cada ciudadano por los actos que comete el Estado al que pertenecemos. No en el sentido moral de la participación fáctica o intelectual en los crímenes, pero sí en haber tolerado el surgimiento de un régimen tal entre nosotros.
Señaló que el no rebelarse como resultado del miedo, es algo que cada individuo tiene que reconocer como su culpa moral, consecuencia de la ceguera para con la desgracia de los demás y la insensibilidad ante la catástrofe que estaba sucediendo alrededor.
Karl Jaspers consideraba que la solidaridad entre los hombres, hace a cada uno responsable de todo el agravio y de toda la injusticia en el mundo, especialmente de los crímenes que suceden ante nuestra presencia o bajo nuestra anuencia. Y por eso definió la culpa metafísica como la carencia de la solidaridad absoluta con los demás.
Atravesado por la situación europea de la primera mitad del XX, Jaspers alertó sobre la amenaza que representa para la libertad humana el peso de la instituciones económicas, sociales y políticas que gobiernan a las sociedades modernas.
En cuanto a su filosofía Jasper sostuvo que el rasgo característico y sobresaliente de la persona es el ser, la conciencia de sí mismo, pero no es un existir para sí, sino ligado a el mundo; nuestro ser es en relación y en comunicación con los demás. Afirmaba y defendía la posibilidad de libertad de la persona, asumiendo su situación histórica e identificándose con su realidad. La realización del ser, es una posibilidad en la que va en juego la vida personal, ya sea para alcanzar su propio fin o para el fracaso existencial.
La reconquista del ser del hombre
“La masa se diferencia del pueblo, el pueblo está articulado en sus ordinaciones, es consciente de sí mismo en la manera de vivir y de pensar, en la tradición. El pueblo es algo sustancial y cualitativo; existe una atmósfera en la comunidad, el individuo salido del pueblo tiene un carácter personal por virtud de la fuerza del pueblo que la sustenta y la apoya.
En cambio, la masa es inarticulada, sin conciencia de sí misma, uniforme y cuantitativa, sin tradición, desarraigada de su suelo, vacía. Objeto de la propaganda y la sugestión, sin responsabilidad, vive en el nivel más bajo de la conciencia.”
Las masas surgen donde el hombre sin mundo propio, quedan en situación de disponibilidad, canjeables entre sí. Esta es la consecuencia de la técnica (TV, radio, MMC) cada vez más acentuada: el angostamiento del horizonte, el vivir a corto plazo y sin memoria efectiva, la compulsión al trabajo sin sentido, la disipación en la distracción de la horas libres, la excitación nerviosa como vida, el engaño como apariencia de amor … en un estado donde los hombres se reúnen como un montón de arena que se puede utilizar, movilizar, deportar, y al que se trata como un número y según caracteres cifrables calculados mediante test.
Jaspers dice que son tres los instrumentos que guían la actuación del líder de la masa: la descalificación verbal de la ideología del contrario, la simplificación de los argumentos y el uso intenso de la negatividad (es decir, los problemas los ocasionan otros).
Así, pues, el individuo es pueblo y masa al mismo tiempo. Pero se siente distinto cuando es pueblo y cuando es masa. La situación tiende a ser masa, pero el hombre se aferra a ser pueblo. Algunas comparaciones lo ilustran como masa, ej: yo me siento impulsado a lo universal, al cine, a la moda, el mero hoy. Como pueblo quiero la personalidad viva, lo insustituible, el teatro viviente, el presente histórico. Como masa aplaudo frenéticamente al divo en la tribuna, como pueblo siento íntimamente la música que eleva la vida.
“El público es el primer paso de transformación del pueblo en masa… la transformación del pueblo en público y masa ya no se puede detener. La situación fuerza la marcha de las cosas. Pero la masa no es algo definitivo. Es la forma de existencia cuando se disuelve el ser del hombre. Cada individuo sigue siendo en ella (en su ser) un hombre. La cuestión es a que distancia del individuo y de la intimidad se produzcan los nuevos intentos que, al fin, pueden conducir del ser masa a la reconquista del ser del hombre.”
Nota aclaratoria: En relación a la cita sobre Karl Jasper realizada y publicada por Rolando Toro en el libro “Biodanza”, se aclara que la crítica al mecanicismo surge debido a que dicha teoría justifica tanto los fenómenos de la naturaleza como los de la conducta, a partir de principios físicos materiales. Las teorías mecanicistas son basadas en una comprensión de las leyes que rigen a la naturaleza y niegan cualquier principio teleológico, espiritual o metafísico. Esta concepción mecánica-determinista dificulta o niega a la comprensión de la libertad de la persona, ya que la conducta es el resultado de distintos condicionamientos o estímulos. La explicación de la vida, el principio vital o ánima, queda reducida a principios mecánicos.
Heidelberg es una de las más ciudades universitarias más antigua de Europa. Su universidad fue fundada en 1863. Entre sus más renombrados académicos figuran Hegel, Jaspers, Habermas, Otto Apel, siendo al día de hoy una de las más afamadas casas de estudio. La ciudad no fue bombardeada durante la guerra por lo cual todavía conserva un encanto especial. Entre los lugares de interés se puede visitar la cárcel para estudiantes que funcionó en el siglo XVIII, un anfiteatro que fue construido por el partido Nacional Socialista para los eventos de las SS y que actualmente sirve para espectáculos artísticos al aire libre, la universidad, el palacio, el puente antiguo y el paseo de los filósofos.