Filosofía en Danza

El Tango y la Filosofía

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El tango y la filosofía son disciplinas muy diferentes, sin embargo en las letras de tango podemos apreciar una visión de la vida, de la mujer,  del hombre, del amor, de la amistad, del dolor, de la soledad, etc.

Temas que son propios de  la filosofía  también son abordados por los letristas de tango. Como es entendible tango y filosofía  tratan estas cuestiones de modos diferentes,  la filosofía desde su legítima pretensión universal, el tango desde la experiencia del hombre común.

El tango nos trasmite una visión que está circunscrita a una geografía y a una época. Pero no queda necesariamente atada a estas coordenadas de espacio-tiempo.

Parece que se logra una superación trascendente cuando se enuncia valores universales que son a veces solemnes y otras veces decadentes. El amor, el sentido de la vida, la madre, la traición, el mundo que fue y que será una porquería, nos cuentan lo obvio de la realidad, justamente de lo que trata la filosofía, de problematizar a partir de lo irrebatible de la realidad.

Muchas de las historias y experiencias que podemos encontrar en las letras de tango tienen la profundidad necesaria para llevarnos a una reflexión filosófica.

En el tango el problema ético aparece a veces relatando al mundo como un escenario injusto donde se da la existencia del hombre. Siendo críticos con una sociedad que antepone valores económicos por sobre los humanos, otras veces dando a conocer la miseria de muchos frente a la opulencia de otros.

Sin dudas que, a lo largo de la historia, la humanidad ha atravesado por innumerables crisis y por lapsos de fugaces esplendores. Los mismos griegos, creadores de la filosofía, contaron a su manera sus hazañas y tragedias, inventaron sus mitos y sus dioses. Los hombres modernos le dieron a la razón el primado que siglos atrás tenía la fe.

En el tango se volcaron profundos cuestionamientos sobre la existencia, desde la razón, desde los sentimientos y desde la fe.

Muchas veces la fe que se pierde hace poner en duda los pilares del hombre moderno, el hombre que no encuentra a Dios, ni a los amigos, desconfía de una sociedad que no le satisface, sumergiéndose en el más hondo escepticismo. Otras veces es para volcar su necesidad de clamar justicia, ya sea de los hombres o de Dios.

Intenta, busca, denuncia y se pregunta.

El tango no es filosofía ¿Pero no es acá y en nuestra época nuestro “aqui y ahora” donde se nos juega la existencia? Encontraremos en las letras de tango una reflexión desde la subjetividad sobre los problemas filosóficos de siempre.

El tango no es filosofía pero… algo de eso tiene.

Entonces, veamos algo de lo que tiene.

La Música: Podemos comenzar como siempre, por lo obvio, siempre la filosofía aborda cosas que al parecer son obvias. La música, claro que está compuesta por sonidos. ¿Y cuando los sonidos se convierten en música? Cuando los sonidos se armonizan, nos brindan una melodía, un ritmo, una timbre, una duración, una determinada altura, de modo particular. Tan particular que afectan a los sentidos y provocan en las personas diversos comportamientos, como por ejemplo danzar. La música nos afecta de diversos modos, hay determinadas composiciones musicales que nos disponen a un estado de ánimo. Hay canciones que son para meditar, para marchar, para disponer el alma a una elevación espiritual, canciones que nos remiten al exterior, que nos permiten una catarsis o purificación, otras son para alentar a un equipo de fútbol, etc.

La interioridad: La particularidad de la música de tango es que en general nos remite al interior. Los sonidos del tango favorecen a un repliegue de la persona sobre si mismo. La persona se siente afectada en lo más profundo de su ser. “El tango pega”, cala hondo, traspasa nuestra piel, la sentimos en nuestro interior, la vivimos, la apreciamos, la sentimos desde el alma.

¿Un sentimiento triste que se baila? Interrogo la afirmación discepoleana, no para discutir su veracidad, no para poner en duda o en tela de juicio su afirmación, sino para aplacar su alcance, su sentencia como juicio universal. Dice Discépolo que el Tango es… lo define, busca aclarar su ser, identifica su esencia con la tristeza. En todo caso el tango tiene diferentes modos de ser, su naturaleza se nos revela en nuestro interior. Tal vez aquí se nos agregue otra dificultad ¿definimos al tango per se? o quizás se este proyectando en la definición un sentimiento interno que experimenta el sujeto. Yo me inclino por esta última posibilidad. De tal modo que podrá ser cierto que el tango es… un sentimiento triste que se baila, pero para alguien en algún momento. En otra apreciación será un sentimiento diferente. Tal vez un sentimiento o estado de contento.

El encuentro: El interior no tiene que ser un abismo insondable, oscuro y tenebroso. Ni tiene que ser el espacio del castigo de la soledad, la pérdida o el abandono, ni de las frustraciones o lamentos. Claro que hay heridas. También es luz, es un corazón que se abre, es fraterno, se muestra, se pone al descubierto, se entrega al otro. Se ofrece el corazón. En esta apertura es donde más nos reconocemos plenamente humanos. El ser no es de por si, en si, para si.

El tiempo y el espacio: una de las maneras de conseguir legitimidad o autenticidad es refugiarse en los orígenes. Es la fórmula mágica. El sello está puesto en el génesis. Remitirse a Buenos Aires en los finales del siglo XIX o principios del XX es un gran recurso, no porque el autor los haya vivido sino por le garantiza autenticidad. Volver al prototipo. ¿será posible añorar un Buenos Aires o un barrio que no vivimos? Es una licencia poética, siempre se puede jugar entre la ficción y la realidad. Y hay recuerdos propios y ajenos que nos permiten una identificación cruzada. Como sea muchos de los tangos escritos en la década del 40 nos remiten a personajes de la guardia vieja. Mitológicos personajes que regresan como fantasmas del pasado.

Los nombres de las Milongas: Obelisco. La milonga de la Glorieta. La Viruta. La Cachila. Marabú. Chiqué. Los Laureles. Milonga de las Morochas. La Baldosa. Yira Yira. Las Malevas. La Baldosa. Yuyo brujo. Dos orillas. La Tierrita. Patio de Tango. El Trovador. Pasional.

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